Reforzando las estrategias con las que elaboramos la realidad y desarrollando nuestras capacidades creativas es posible responder esa paradoja.
Estrategias de la realidad
Desde la neurociencia se sabe que no existen partes específicas del cerebro que hayan sido diseñadas para lo que llamamos "la fantasía" o para lo que llamamos "la realidad". El cerebro nunca reconoce realmente la diferencia entre la experiencia vivida y la experiencia imaginada. Debido a ello, necesitamos disponer de alguna estrategia que nos confirme que la información recibida por los sentidos supera determinadas verificaciones que la imaginada NO puede superar. Comprender, enriquecer y reforzar la propia estrategia con la que elaboramos la realidad, aparte de aumentar la claridad de los pensamientos y las experiencias, puede servir para acompañar nuevas experiencias en el futuro, de modo que parezcan ya reales. Y el futuro se convierte en un recuerdo.
El arte para narrar el tiempo
El futuro como recuerdo puede parecer el tema de una película de ciencia-ficción, pero no. El entrenamiento en el desarrollo de nuestras capacidades creativas, como por ejemplo, a través de experiencias artísticas, ayuda a generar claridades multisensoriales con las que configuramos las imágenes mentales que pueden instalarse en eventos que queremos que ocurran en el futuro. Y cuando se logra tal nitidez, el futuro se convierte en un recuerdo ya vivido. El arte posibilita la creación de estos universos. De aquí la importancia de promover el ejercicio de la narración consciente como medio para expresarse y ser a través del tiempo.
Fuente: Dilts, Robert. El poder de la palabra. Barcelona: Ediciones Urano, 2003.
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